CONVERSIÓN SIMPLE.
1. La conversión en el
cuadrado de oposición
La conversión simple es
aquella operación lógica donde cambiamos el sujeto por el predicado de una
oración cuantificada y la oración sigue siendo verdadera. Por ejemplo:
(1a) Algún griego es
filósofo
cuya conversa es
(1b) Algún filósofo es
griego
Otro ejemplo:
(2a) Ningún animal es
vegetal
que se convierte en
(2b) Ningún vegetal es
animal
El lector notará
inmediatamente que se trata de oraciones del famoso cuadrado de oposición y
equivalencias aristotélico; pero no nos detendremos ahí. Nuestros ejemplos se
ubican en el cuadrado de oposición, que trata con oraciones cuantificadas
particular y universalmente, afirmativas y negativas. Las oraciones que admiten
conversión inmediata son las oraciones particulares afirmativas y universales
negativas. Las universales afirmativas y las particulares negativas admiten
cierto tipo de conversión no inmediata si realizamos algunas operaciones que
tienen que ver con la negación, considerada como complemento de conjuntos y con
la contraposición, que tiene que ver también con la negación, pero nos
ceñiremos solamente a las que admiten conversión inmediata, simple. Claro que
los ejemplos pueden cambiarse.
2. Conversión entre oraciones
singulares
Siguiendo sugerencias de
autores medievales podemos ir un poco adelante y tratar otro tipo de oraciones.1 Trataremos
oraciones singulares, oraciones cuyo sujeto no está cuantificado, pero si su
predicado, aunque no sea obvio esto. Pongamos un ejemplo.
(3a) Sócrates es filósofo
donde tenemos una oración
cuyo sujeto es un término singular, un nombre propio; el predicado es un
término común, pues en efecto ser filósofo se aplica a muchos, a Sócrates, a
Platón, a Hegel, a Wittgenstein, etcétera. Nuestra conversa sería
(3b) Filósofo es Sócrates
Pero podemos objetar que ésta
última oración es sospechosa: por una parte suena rara, pues no acostumbramos
en español comenzar una oración cuyo sujeto sea un término común y su
predicado un término singular. De hecho el término singular por definición no
es un término común, así que no puede ser predicado. Por otra parte, la
conversión ordinaria se da entre términos cuantificados, es decir, entre
términos comunes, así que algo anda mal en nuestra exposición.
Podemos interpretar la
conversión de oraciones particulares afirmativas como relaciones entre
conjuntos: el conjunto de los griegos y el conjunto de filósofos se intersectan
mostrando que no se trata de conjuntos vacíos sino que están ejemplificados,
por ejemplo por Sócrates, que es un griego que además es filósofo. Si Sócrates
es griego, entonces algún griego es filósofo, pero esto nos conduce al punto de
partida, nuestra oración (1a), así que no nos sirve para explicar la conversión
cuyo sujeto es un término singular. ¿Debemos renunciar a la conversión con
términos singulares? Si el término singular puede admitir cierta interpretación
que lo acerque a un término común podríamos preservar nuestra conversión.
Parece viable esta alternativa, pues la referencia de Sócrates es griego a
alguna cosa es griega no parece cambiar si nos referimos a la misma cosa; el
otro lado del problema es encontrar el camino inverso, interpretar de alguna
manera el predicado de tal manera que nos acerque al término singular. Hecho
esto nos permitirá explicar además la conversión de las oraciones universales
negativas. Tratemos pues de explicar esta interpretación.
2.1. Los términos singulares
vagos
Sabemos qué Sócrates es
griego y que es filósofo, así que si lo tuviéramos enfrente podríamos decir de
él, señalándolo éste es griego y éste es filósofo, e incluso éste es un
filósofo griego. El problema radica en que no es el único filósofo ni el único
griego, pues lo mismo podríamos decir de Aristóteles, o de Platón, o de
cualquier otro filósofo griego. Un término singular vago es aquel que se
refiere a un individuo específico cuando lo señalamos sin usar un nombre
propio: éste filósofo se refiere a Sócrates cuando señalamos a Sócrates, y a
Platón cuando señalamos a Platón.
Supongamos que hay tres
filósofos y cuatro griegos: Sócrates, Platón, Aristóteles y Eurípides. Todos
son griegos pero no todos son filósofos; no podemos recurrir a los pronombres
demostrativos pues su referencia cambia según los individuos señalados. Pero
podemos usar subíndices para distinguirlos: este filósofo1, este
filósofo2, este filósofo3 se refieren a Sócrates,
Platón y Aristóteles respectivamente, y este griego1, este
griego2, este griego3, y este griego4 se
refieren a Sócrates, Platón, Aristóteles y Eurípides respectivamente. Notemos
de paso que los únicos términos que admiten un subíndice son los términos
comunes o generales, que admiten cuantificación; no lo admiten los términos
singulares que son nombres propios, por lo menos en el uso ordinario de los
nombres propios (claro que en el caso de sinonímia lo podrían admitir, incluso
cuando coincidan nombre y apellido, pero son casos excepcionales). Así pues
tenemos varios términos vagos para cada nombre propio, son estos, usando una
letra minúscula para términos comunes subindizados que funcionan como términos
vagos, cada subíndice apuntando a una cosa diferente, a una sustancia si se
quiere, y una minúscula sin subíndice para nombres propios:
Sócrates: s, f1, g1
Platón: p, f2, g2
Aristóteles: a, f3, g3
Eurípides: e , g4
y puesto que Eurípides no es
filósofo no tenemos f4.
El conjunto de los griegos
consta de cuatro individuos:
G: {g1, g2, g3, g4}
El conjunto de los filósofos
consta de tres
F: {f1, f2, f3}
Estamos pues hablando de
conjuntos según sus elementos, que son individuos, a esto le llamaremos
interpretación extensional. Un conjunto se identifica a través de
sus elementos individuales. Se trata de una interpretación nominalista, en el
sentido medieval de la expresión, que consiste en referirse a términos comunes
en base a sus elementos individuales, y solo a ellos. No es la única interpretación
de los términos comunes pero es la que nos ayuda ahora para explicar la
conversión, así que recurrimos a ella.2
2.2. La interpretación
extensional de los cuantificadores
Si decimos que Todo filósofo
es griego queremos decir que la totalidad de individuos que pertenecen al
conjunto F pertenecen también al conjunto G, que F es subconjunto de G. Pues de
hecho todos los filósofos de nuestro pequeño mundo (f1, f2 y f3)
son griegos (g1, g 2, y g3). Pero la
conversa de la oración universal afirmativa Todos los griegos son filósofos
no vale pues existe un individuo (cuyo nombre propio es e y su término vago
es g4) que es griego pero no es filósofo. La universal afirmativa
se convierte por accidente, es decir, por su particular afirmativa algún
filósofo es griego, nuestra oración (1b).
Decir que todos los
individuos de nuestro mundo son griegos es afirmar algo verdadero, pues afirma
que tanto s, p, a y e son griegos. De aquí se sigue la oración particular,
algún individuo de este pequeño mundo es griego, pues afirma que al menos uno
lo es, es decir, que s, o p, o a o e es griego. Decir que todos son filósofos
es falso, pues e –g4- no lo es.
Pero sí es verdadera la
oración particular Algún filósofo es griego, pues el conjunto F, además de
ser subconjunto de G, podemos considerar su intersección FnG donde tenemos a s,
p y a; e queda dentro de G pero no en F.
Tenemos pues nuestros
conjuntos:
Podemos intercambiar los
nombres propios de cada conjunto por sus términos singulares vagos, así que F=
{f1, f 2, f3} y G= {g1, g2, g3, g4}.
Pero debemos notar algo más: los términos vagos nos permiten establecer varias
identidades, es decir, indicar que dos de tales términos se refieren al mismo
objeto; la identidad de los términos se da a través de la referencia, los
objetos nombrados.3 Así que tenemos:
s=f1, s= g1, y
por transitividad f1= g1
p=f2, p= g2, y
por transitividad f2= g2
a=f3, a= g3, y
por transitividad f3= g3
e=g4
Con estos individuos y sus
términos singulares (nombres propios y términos vagos) vayamos ahora a la
interpretación extensional de la cuantificación. Tomemos una oración
cuantificada universalmente, pero con una sola propiedad, digamos por ejemplo
que todo en nuestro mundo es F. La oración afirma que cada uno de sus
individuos tiene la propiedad de ser filósofo y la conectiva que expresa esto
es la conjunción; pero tenemos que g4 (Eurípides) no es F, así
que la oración es falsa ya que uno de sus conyuntos lo es. Pero si afirmamos
que algo en nuestro mundo es F, la oración es verdadera, pues hay al menos uno
que tiene esa propiedad y de hecho tres la tienen, aunque no todos. La
conectiva que expresa esto es la disyunción. Así que la conjunción nos sirve
para expresar la cuantificación universal y la disyunción para expresar la
cuantificación particular. Vayamos a un ejemplo algo más complejo.
(4a) Todo griego es
filósofo
Donde afirmamos que cada cosa
que tenga la propiedad F o pertenezca al conjunto F tiene también la propiedad
G o pertenece al conjunto G. Para simplificar nos quedaremos solamente con los
términos vagos, así que lo que afirmamos es que cada individuo que es griego es
también filósofo. Usaremos la notación usual, una propiedad expresada con una
mayúscula y nuestros términos vagos, más los símbolos para conjunción,
disyunción y equivalencia:
Fg1 Λ Fg2 Λ
Fg3 Λ Fg4
Tomemos el primer conyunto,
(Fg1), afirma que un individuo (g1, Sócrates)
tiene la propiedad F, es decir, es un filósofo. Es importante aquí el un,
pues nos sugiere que el cuantificador puede aplicarse a los individuos que
tienen esa propiedad; un, alguno quiere decir cuantificación particular. Los
individuos bajo F son f1, f2 y f3: si es
cierto que g1 es filósofo, entonces será idéntico a alguno de
ellos (no a todos) y como la cuantificación particular se expresa con
disyunciones tendremos esta cadena de oraciones de identidad, indicando con
cursivass la parte verdadera
Fg1: g1=f1 V
g1 = f2 V g1 = f3
Una disyunción es verdadera
cuando al menos una de sus partes lo es, así que esta cadena es verdadera pues
su primer disyunto (g1=f1) es verdadero. Los otros son
falsos, pues afirman que Sócrates es Platón y que Sócrates es Aristóteles, lo
cual no puede ser verdadero.4 El segundo y el tercer conyunto
(Fg2 y Fg3) son también verdaderos pues tienen una
parte verdadera que indicamos en cursivas
Fg2: g2=f1 V g2 =
f2 V g2 = f3
Fg3: g3=f1 V
g3 = f2 V g3 = f3
pero el cuarto no lo es,
veamos porqué
Fg4: g4=
f1 V g4 = f2 V g4 =
f3
afirma que Eurípides es o
Sócrates, o Platón o Aristóteles, y cada identidad es falsa, así que toda la
expresión lo es. Lo cual quiere decir que (Fg1 Ù Fg2 Ù
Fg3 Ù Fg4) es falsa pues una de sus partes lo es.
(4a) es pues falsa y su análisis así lo ha mostrado. El lector puede comprobar,
siguiendo este análisis, que su subalterna (1a) es verdadera.
3. La conversión de
particulares afirmativas
La conversión de oraciones particulares
afirmativas nos lleva a cadena de identidades conectadas por la disyunción,
siendo suficiente que una sea verdadera. Tendríamos
Fg1 V Fg2 V
Fg3 V Fg4
es verdadera ya que el primer
disyunto se analiza como
g1=f1 V g1=f2 V g1=f3
y es una oración verdadera,
pues tiene una parte verdadera. Su conversa (1b) Algún filósofo es griego
tiene esta forma
Gf1 V Gf2 V
Gf3
pues solamente hay tres
filósofos; el primer disyunto (Gf1) es verdadero
puesto que expresa estas disyunciones
f1= g1 V f1 =
g2 V f1 = g3 V f1 =
g4
cuyo primer disyunto es
verdadero. Las conversas tienen ambas el mismo valor de verdad, son
equivalentes, expresado en nuestros términos tenemos que
(Fg1 V Fg2 V
Fg3 V Fg4) º (Gf1 V Gf2 V
Gf3)
3.1. La conversión con sujeto
singular y predicado cuantificado
Nos habíamos preguntado si
oraciones como (3a) admiten conversión. Creo que podemos vislumbrar la
respuesta, lo que queríamos era encontrar la manera de interpretar el predicado
de tal manera que se acercara a los términos singulares. Si interpretamos (3a)
Sócrates es filósofo de acuerdo a lo que hemos dicho tenemos que
s = f1 V
s= f2 V s f3
así que (3b) Filósofo es
Sócrates admitiría conversión dado que toda identidad la admite, pues se pueden
conmutar sus términos, así que tendríamos
f1 = s V f2 =
s V f3 = s
Con una oración con un
término singular y un predicado y su análisis en términos de identidades hemos
llegado a su conversión. Se puede convertir pues cada identidad, como hemos
dicho, admite intercambiar lugares (también se le puede llamar transposición);
ya no hablamos aquí de sujeto y predicado.
También el análisis de las
oraciones particulares afirmativas (1a) y (1b) conduce a oraciones de identidad
cuya conectiva principal –la disyunción– es verdadera; las conversas tienen el
mismo valor de verdad. ¿Podríamos decir entonces que la conversión simple está
basada en la identidad? Nuestra oración universal afirmativa resulta falsa y
no tiene conversa. ¿Podríamos concluir, de nuevo, que la conversión simple, que
se aplica a oraciones particulares afirmativas y universales negativas, depende
de que su análisis resulte verdadero para ambas oraciones, ya que toda oración
de identidad puede convertirse?
Pero no nos precipitemos, por
dos razones. La primera: piense el lector en lo que pasaría si expulsáramos de
nuestro pequeño mundo al buen Eurípides. La segunda razón consiste en que no
hemos tratado las universales negativas. Vayamos pues a ellas.
4. La conversión de las
universales negativas
Necesitamos aquí también otro
pequeño mundo. Digamos que tenemos tres animales: Godzilla, Keiko y Leviatán, y
tres vegetales (permítaseme usar descripciones definidas5 como
términos singulares, es decir, como nombrando una sola cosa): el árbol de la noche
triste, a quien llamaremos Arby, el maguey del monte, a quien llamaremos
Magy y el árbol del tule, a quien llamaremos Tuly. Tenemos pues nuestros
conjuntos
Hagamos nuestra lista de
términos singulares
Godzilla: g, a1 Arby:
a, v4
Keiko: k, a2 Magy:
m, v5
Leviatán: l, a3 Tuly: t,
v6
Se trata de conjuntos
disjuntos, conjuntos que en nada se intersectan, que no se tocan. En tanto no
se tocan podríamos usar los mismos subíndices (1, 2 y 3) para cada conjunto,
pero si tuvieran propiedades en común (ser vivo p.e.) conduciría a equívocos.
Nuestra oración (2a) afirma que ninguna cosa que esté en A está en V y su
conversa (2b) que ninguna cosa que esté en V está en A. Vayamos a su análisis.
(2a) Ningún animal es
vegetal
Se trata de una oración
(primero) universal (y luego) negativa, donde el cuantificador universal afecta
al sujeto de la oración negando que los elementos del conjunto A pertenezcan al
conjunto V; o si se quiere, afirmando que están fuera de él, que el conjunto A,
sus elementos no pertenecen, ninguno, al conjunto V. Usamos la tilde para
expresar una negación,6 así que tenemos
~Va1 Λ ~Va2 Λ
~Va3
y en nuestro ejemplo de
oración singular por parte del sujeto (3a) vimos que la cuantificación del
predicado era particular, pues Sócrates es (un) filósofo. Ahora tenemos una
negación del predicado, lo cual indica que no se trata de cuantificación
particular; de hecho la negación del cuantificador particular equivale a un
cuantificador universal seguido de una negación. Podemos leer el primer
conyunto (~Va1) como a1 no es (ningún) vegetal, es
decir, no es ni v4 ni v5 ni v6; la
conectiva será la conjunción pero ahora negando identidades. Analicemos los
tres conyuntos
~Va1: a1 ≠
v4Λ a1≠ v5 Λ a1 ≠
v6
~Va2: a2 ≠
v4 Ù a2 ≠ v5 Ù a2 ≠
v6
~Va3: a3 ≠
v4 Ù a3 ≠ v5 Ù a3 ≠
v6
y como es cierto que a1 no
es ni v4 ni v5 ni v 6, pues
Godzilla no es ni Arby ni Magy ni Tuly, la oración (~Va1) es
verdadera, lo mismo ocurre con (~Va2 y ~Va3) así que
toda la expresión lo es pues cada conyunto es verdadero. Veamos su conversa
(2b) Ningún vegetal es
animal
cuyo análisis es
~Av4 Λ ~Av5 Λ
~ Av6
los conyuntos se analizan
como
~Av4: v4 ≠
a1 Λv4 ≠ a2 Λv4 ≠ a3
~Av5: v5 ≠
a1 Λv5 ≠ a2 Λv5 ≠
a3
~Av6: v6≠ a1 Λv6≠
a2 Λv6 ≠ a3
que son todos verdaderos,
pues afirman p.e. (~Av4) que Arby no es ni Godzilla ni Keiko ni
Leviatán, así que las conversas (2a) y (2b) son equivalentes al tener el mismo
valor de verdad, como lo muestra su análisis
(~Va1 Λ ~Va2 Λ
~Va3) (~Av4 Λ ~Va5 Λ ~Va6)
Notemos que cada identidad
tiene su imagen de espejo, por decirlo así; si consideramos cualquiera de ella,
por ejemplo (v4≠a1), encontraremos
también (a1≠v4). También aquí la conversión parece
basarse en algo más elemental como lo es la identidad.
Tomemos pues provisionalmente7 esta
conclusión: la conversión simple ordinaria está fundamentada en una operación
que consiste en intercambiar los términos singulares de las oraciones de
identidad en las que se analizan las oraciones particulares afirmativas y universales
negativas. En estas últimas se aplica la misma operación a las negaciones de
identidad, pues si es verdad que Sócrates no es Platón, entonces lo es también
que Platón no es idéntico a Sócrates. Pasemos ahora a la conversión modal.
5. La conversión modal
Las oraciones modales son
aquellas en donde aparece un modo. Un modo es una expresión como posible,
necesario, imposible y contingente y califican o modifican una oración de
dos maneras, según el lugar donde se ubique el modo, ya sea dentro de la
oración o fuera de ella. Ejemplo del primer caso es algún griego posiblemente
es filósofo (o algún griego puede ser filósofo e incluso algún griego puede
que sea filósofo) y del segundo es posible que algún griego sea filósofo (o
puede que algún griego sea filósofo o posiblemente algún griego es
filósofo); las primeras se denominan oraciones modales de re o
divididas, pues el modo divide la oración al insertarse en medio de ella, y
las segundas de dicto o compuestas, pues el modo afecta la
composición del sujeto el predicado de la oración considerada como unidad.
Admiten varias expresiones en la lengua natural, como hemos visto. Trataremos
solamente las primeras, las modales divididas.
Las oraciones modales
divididas se ubican en un contexto más amplio que no es el caso abordar ahora,
pues solo nos interesa la conversión simple de las particulares afirmativas y
universales negativas pero ahora atendiendo a los operadores modales presentes
en ellas.8
Si en la conversión ordinaria
se trataba de cambiar el sujeto por el predicado y el predicado por el sujeto,
ahora se tratará de casi lo mismo con la salvedad de que habrá de por medio un
operador modal. El problema consiste en averiguar como es posible que ocurra
esto en las oraciones que admiten conversa cuando tienen un modo en medio de
ellas. Para tener una idea de la dificultad comencemos primero mostrando una
oración que no admite conversión simple, la universal afirmativa con un modo.
Pongamos la oración modal verdadera Todo hombre necesariamente es animal; no
admite la conversión simple modal Todo animal necesariamente es hombre, pues
hay animales que no son hombres; la particular afirmativa algún animal
necesariamente es hombre si vale. La conversión simple se aplica a ella, y también
a la universal negativa. El problema es explicar como puede ocurrir esto.
5.1. Una distinción
En nuestros ejemplos (1a) y
(2a) hay una diferencia. Los predicados de la primera no se repugnan, es decir,
admiten ser predicados de la misma cosa, lo cual no ocurre con el segundo
ejemplo; pues se puede ser tanto griego como filósofo pero no se puede ser
vegetal y animal (o cualquier otro ejemplo de predicados incompatibles). Y no
obstante podemos encontrar ejemplos de oraciones universales negativas cuyos predicados
no se repugnen. Supongamos que nuestros griegos son todos barbados, así que
será correcto afirmar que ningún griego es lampiño; no obstante los predicados
son compatibles pues no es contradictorio que un griego sea lampiño.
La relación entre sujeto y
predicado así como la negación de dicha relación puede ser contingente o
necesaria. Es contingente cuando admite la composición pero podría no ser el
caso como lo afirma la oración. Me explico: un griego puede ser filósofo pero
podría no serlo (como en nuestro pequeño mundo el buen Eurípides). Es necesaria
cuando el predicado se afirma o niega del sujeto y no puede ser de otra manera,
como en el caso de los vegetales y los animales. En el caso de los lampiños y
los filósofos ocurre que de hecho no hay filósofos lampiños –por lo menos en la
mayoría de los retratos conservados–, pero podría haberlos,
en el sentido de que no son predicados que se repugnen, es decir, que se
contradigan. En nuestro tratamiento abordamos el caso de oraciones necesarias,
pero ¿cómo distinguirlas de las que no son necesarias? Para no complicar las
cosas9 no entraré en este aspecto, solo diré que la diferencia
atañe a la cópula es de las oraciones universales, tanto afirmativas como
negativas; en el caso de las contingentes la cópula se expresa en el simbolismo
usual con la implicación material y con implicación estricta para las
necesarias, que son las que mayor fuerza modal tienen.
En nuestro ejemplo (2a)
corresponde a esta clase. Comenzaremos con ella, y luego diremos algo sobre la
conversión modal de las particulares afirmativas.
6. La conversión modal de
universales negativas
Vayamos a nuestros ejemplos
previos
(2*a) Ningún animal puede
ser vegetal
admite la conversa
(2*b) Ningún vegetal puede
ser animal
donde hemos intercambiado el
sujeto por el predicado y la oración sigue siendo verdadera, necesariamente
verdadera. Hemos dicho que las oraciones tipo E expresan conjuntos disjuntos,
así que intuitivamente nos damos cuenta de que si una cosa está en el conjunto
expresado por el término sujeto no está en el conjunto expresado por el término
predicado. Nuestras oraciones modales afirman algo más fuerte: no solo que no
están sino que no pueden estar ahí, lo cual quizá también es
intuitivamente evidente.
Si se me permite usar la
expresión puede ser modificando el predicado, dentro de la expresión, pues
tratamos con modales de re, y el símbolo como abreviatura
de no puede ser (idéntico) el análisis de (2*a) corre así:10
~ puede ser Va1 Λ ~
puede ser Va2 Λ ~ puede ser Va3
donde el primer conyunto (~
puede ser Va1) se lee a1 no puede
ser V, y es verdadera, pues Godzilla no puede ser ningún vegetal, ya que no
puede ser ni Arby ni Magy ni Tuly; toda la oración, es decir, los tres
conyuntos, se analiza como la conjunción de las siguientes oraciones
~ puede ser Va1: a1
v4 Λ a1 v5 Λ a1 v6
~ puede ser Va2: a2
v4 Λ a2 v5 Λ a2 v6
~ puede ser Va3: a3
v4 Λ a3 v5 Λ a3 v6
El análisis de (2b) corre así
~ puede ser Av4 Λ~
puede ser Av5 Λ~ puede ser Av6
cuyos conyuntos se analizan
como
~ no puede ser Av4:
v4 a1Λ v4 a2 Λ
v4 a3
~ no puede ser Av5:
v5 a1 Λ v5 a2 Λ v5 a3
~ no puede ser Av6:
v6 a1 Λ v6 a2 Λ
v6 a3
donde cada conyunto tiene su
imagen de espejo, como en las oraciones no modales, así que la conversión de
las modales de re también está basada en la identidad, aunque
ahora de manera negativa. Un individuo no puede ser idéntico a otro individuo.
Si una cosa, digamos x, tiene que ser y, entonces y tiene que ser x; si x no
puede ser y, entonces y no puede ser x. El mismo principio rige en ambos casos,
trasmutar los lugares, donde estaba uno, poner el otro. No parece razonable
negar este principio, y de ser cierto, es necesariamente cierto, así que la
identidad parece estar en el corazón de la conversión.
Vale pues la equivalencia
(~ puede ser Va1 Λ
~ puede ser Va2 Λ ~ puede ser Va3)
º
(~ puede ser Av4 ~
puede ser Av5 ~ puede ser Av6)
7. La conversión modal de las
particulares afirmativas
El tratamiento de las
particulares afirmativas nos llevaría a lo mismo: aceptar puede ser como
modificando el predicado o la relación, y luego a buscar un símbolo especial
para a puede ser (idéntico a) b donde se expresaría la posibilidad de la
identidad entre a y b, es decir, modalidad de re, dado que el modo
afectaría la relación entre los individuos –la identidad. Veamos porqué el modo
está dentro de la oración en esta versión informal
a puede ser idéntico a b
Hemos hablado de operadores
fuerte (necesidad) y débil (posibilidad), así que nuestro simbolismo debería
expresar esa diferencia, pero la nomenclatura usual no nos ayuda para expresar
esta distinción en el terreno de la identidad. No cansaré al lector multiplicando ad
hoc el simbolismo. Pero sí afirmaré que en el análisis de una oración
modal particular afirmativa de re como
(1*a) Algún griego puede ser
filósofo
Al analizarse como (recuerde
el lector la lectura de cada disyunto, el primero se lee g1 puede
ser un filósofo)
puede ser Fg1 V
puede ser Fg2 V puede ser Fg3 V puede ser Fg4
y cuyo análisis del primer
disyunto, de manera informal, pues no simbolizamos la identidad débil, es
g1 puede ser
idéntico a f1 V g1 puede
ser idéntico a f2 V g1 puede ser idéntico a f3
Si una parte es verdadera (el
disyunto en cursiva), es necesariamente verdadera, puesto que es verdadero
decir de Sócrates (g1) que puede ser este filósofo (f1) y
no puede ser de otra forma, es decir, los otros disyuntos; pero las partes
falsas son necesariamente falsas, pues sus negaciones nos llevan a nuestro
símbolo especial para no puede ser idéntico a, que usamos para el análisis la
falsedad necesaria de identidades.11
El análisis de
(1*b) Algún filósofo puede
ser griego
corre paralelo al anterior
puede ser Gf1 V
puede ser Gf2 V puede ser Gf3
cuyo primer disyunto, que es
verdadero haciendo verdadera toda la oración, pues se trata de disyunciones, se
analiza así
f1 puede ser
idéntico a g1 V f1 puede
ser idéntico a g2 V f1 puede ser idéntico a g3 V
f1 puede ser idéntico a g4
el segundo y tercer disyuntos
se analizan así
f2 puede ser
idéntico a g1 V f2 puede
ser idéntico a g2 V f2 puede ser idéntico a
g3 V f2 puede ser idéntico a g4
f3 puede ser
idéntico a g1 V f3 puede ser
idéntico a g2 V f3 puede ser idéntico a
g3 V f3 puede ser idéntico a g4
y también descansa en la
operación que consiste en cambiar las letras que flanquean la identidad, lo
cual es típico de la conversión. Las condiciones de verdad son las mismas, lo
cual muestra que son equivalentes
(puede ser Fg1 V
puede ser Fg2 V puede ser Fg3 V puede ser Fg4)
º
(puede ser Gf1 V
puede ser Gf2 V puede ser Gf3)
Además, las oraciones de
identidad verdaderas son necesarias y las falsas imposibles.12 En
efecto, si Sócrates puede ser es este griego (apuntando a él mismo, lo cual
sugiere que ya puede serlo pues ab esse ad posse valet ilatio),
entonces tiene que serlo; si Sócrates no puede ser aquel griego (apuntando a
otro distinto de él), es necesario que no lo sea, un individuo no puede ser
idéntico a otro individuo.
Con esto terminamos nuestra
exposición de la conversión simple modal. Pasemos a nuestras consideraciones
finales.
8. Consideraciones finales
Hemos presentado la
conversión asertórica y modal de las oraciones del cuadrado de oposición
explicándolas en términos de oraciones de identidad. Es fácil entender que una
oración de identidad puede cambiar los términos que la flanquean, conmutarlos,
y en base a esto entender mejor porqué las oraciones cuantificadas admiten la
conversión simple. Hemos encontrado que la modalidad está ya presente en la
lógica de las co nectivas y su análisis en oraciones de identidad. También, en
nuestro estudio, hemos vislumbrado otras posibilidades que merecen la atención
del lógico de nuestros días; son también provechosas para el profesor y el
estudioso de la lógica.
La lógica medieval nos ha
servido de mucho en nuestro análisis; es sintomático que debamos recurrir a
nuevos símbolos para capturar las sutilezas de sus intuiciones lógicas. Los
problemas tratados están a la orden del día, pues involucran temas como la
modalidad y su tratamiento en el sistema más poderoso, S5. Valga este escrito
como una invitación a su estudio, puede enseñarnos muchas cosas.
NOTA.
OBSERVA LAS DIAPOSITIVAS SIGUIENTES Y REALIZA LAS ACTIVIDADES QUE SE ENCUENTRAN EN LAS ULTIMAS DOS DIAPOSITIVAS. https://drive.google.com/open?id=193GgUCY_OJUwaNm8k56NbzQPJFiXKHpx&authuser=0
Enterada, Karla Canto Mojica 2-A
ResponderBorrarEnterada, Medina Uicab Nadia Pamela 2-C
ResponderBorrarEnterada Montejo Alejandro Yessenia Karitzy 2C Matutino
ResponderBorrarEnterado Andrés Alejandro Nahuat Huchim 2°A
ResponderBorrarEnterada Alejandra Berenice González cardenia 2D
ResponderBorrarEnterada Alonso Domínguez Jenifer 2 C 💗
ResponderBorrarEnterada, Fernanda del Carmen Suárez Baas 2-D
ResponderBorrarENTERADA HANAE JIMENEZ CORDOVA 2D
ResponderBorrarEnterada, Alamilla Cervantes Gisele Esmeralda 2°D
ResponderBorrarEnterada,Sofía Guadalupe Manzanilla Pinzon 2A
ResponderBorrarenterada katherinne Hernandez Irigoyen 2A
ResponderBorrarEnterado, Arjona Cuevas Luis Angel 2D
ResponderBorrarEnterado Jorge Armando Tamayo Zetina 2D
ResponderBorrarChi Duarte Dianné Ariadna, 2-D.
ResponderBorrarenterada garcia soriano jennifer sherlyn 2°C
ResponderBorrar